La tecnificación de riego tiene un impacto fundamental en el desarrollo social de las comunidades rurales porque racionaliza el uso del agua, incrementa la productividad, la rentabilidad de los productores y dignifica el trabajo agrícola, haciendo que las labores en el campo sean cada vez más atractivas para la población, en especial para las nuevas generaciones.
Así lo explicó el director ejecutivo de Tecnificación Nacional de Riego (TNR), Claudio Caamaño Vélez, durante una entrevista en el programa televisivo “Una Nueva Mañana”, en la que abordó la estrategia que gestiona la entidad para masificar la innovación de regadío intrapredial.
“Escalar social y económicamente es un derecho. Entonces, la forma de nosotros promover el amor por el campo a la juventud es hacer de la agricultura una actividad más rentable y competitiva; que ese joven vea que sus padres le dieron una vida digna a través del trabajo rural y quiera seguir sus pasos”, argumentó.
Recordó que, en la República Dominicana, el 90 % de los predios sembrados utiliza sistemas de riego que en su momento fueron muy revolucionarios, pero que en la actualidad son herramientas tradicionales que no permiten competir en un esquema del siglo 21, donde el productor tiene que ser más eficiente con el agua, los recursos y la mano de obra.
Caamaño Vélez aseguró que la barrera cultural, que es la más difícil, se ha ido rompiendo porque los productores reconocen los beneficios de la tecnificación, por lo que la institución trabaja en el acompañamiento técnico y la especialización del personal de la TNR y otras entidades vinculadas, así como en el apoyo económico a través de un esquema de bonificación no reembolsable.
“Los sistemas de riego implican un pico de inversión muy rentable porque aumenta los márgenes de ganancias. A través de este esquema, el Fondo de Fomento a la Tecnificación del Sistema Nacional de Riego contempla bonificar con un 80 % a los pequeños productores, 70 % a los medianos y 60 % a los grandes”, detalló.
Finalmente, reiteró la relevancia que tiene aumentar la producción agrícola del país para garantizar la seguridad alimentaria, sobre todo en el contexto actual, marcado por los efectos del cambio climático y los conflictos que son parte del proceso de reorganización geopolítica del mundo.